Me pregunto cuánta gente
va o deja de ir a Las Vegas por el único hecho de tener esa reputación de ser
la ‘Ciudad del Pecado’. Me pregunto cuántos saben que los casinos, hoteles y espectáculos
más famosos no están siquiera ubicados en esa ciudad, sino en unos pueblecitos aledaños
llamados Paradise y Winchester.
La verdadera ciudad, Las
Vegas, es un asentamiento urbano que ha doblado su población durante los
últimos 30 años gracias al desarrollo de hoteles y casinos en la Avenida Las
Vegas. De hecho, miles de personas y decenas de compañías se han mudado allí atraídos
por la exención de impuestos, pues gracias al dinero que pagan los turistas, ni
la ciudad ni el estado de Nevada los cobran.
Sin embargo, quizá a muy
pocos les interese saber estos detalles, pues no es el lugar físico sino aquello
que dicho nombre, Las Vegas, evoca en la memoria colectiva. Para algunos es el
lugar donde figuras como Frank Sinatra, Elvis Presley, Elton John y Celine Dion
se han inmortalizado; para otros, es la oportunidad de experimentar la audacia
de Siegfried and Roy (los entrenadores de tigres blancos), las acrobacias del Cirque
Du Soleil, la magia de David Coperfield, o la sensualidad de los espectáculos ‘topless’.
A los más soñadores los atraen las imágenes de películas como ‘Rain Man’, ‘Ocean’s
Eleven’, Una propuesta indecente, Casino, o ‘Leaving Las Vegas’.
Sea cual fuere la razón,
unos 37 millones de personas visitan la ciudad cada año. De ellos, el 90 por
ciento gasta unos 450 dólares en los casinos, lo cual le deja al condado
ganancias de alrededor de 8 billones de dólares. Los demás disfrutan de los
restaurantes, los centros comerciales y los espectáculos que ofrece la
legendaria avenida Las Vegas. Otros, por supuesto, aprovechan la doble moral
del gobierno local que prohíbe la prostitución, pero permite abiertamente la
promoción de servicios sexuales bajo el nombre de ‘entretenimiento’.
Estas son algunas fotografías
de la avenida Las Vegas. ¡Disfruten!