Wednesday, August 3, 2016

Vida de marajás

El palacio del Lago fue construido entre 1743 y 1746 por el maharana Jagat Singh II. Hoy es un hotel cinco estrellas.

Desembarcar en el Palacio del Lago en Udaipur, India, es adentrarse en la historia de las monarquías y los principados hindúes. Subir las escalinatas bajo la sombrilla de los marajás es intuir el dominio que ejercieron sobre millares de súbditos. Entrar al edificio de mármol construido en medio del lago Pichola es comprender la riqueza de la dinastía Mewar que dominó una región del noroeste de India durante varios siglos.
En salones como este, los maharanas tenían sus reuniones de gobierno. 
Este palacio, refugio y lugar de descanso de los príncipes de la India de antaño, es hoy uno de los hoteles más lujosos del subcontinente. Su custodio, el entonces maharana de la casa de Mewar, autorizó esta transformación a mediados de 1960, en vista de que el lugar estaba en franco deterioro. En los años 80, el palacio fue escenario de la película Octopussy, de James Bond, lo cual aumentó su fama. Algunos de los palacios más lujosos de la región de Rajastán son hoy en día hoteles cinco estrellas, remodelados y decorados al mejor estilo de la tradición indo-árabe.
El edificio está construido alrededor de varios patios de mármol blanco, decorados con fuentes, jardines y paredones en piedra labrada. Centenares de columnas y arcos elaborados adornan las áreas sociales, que además incluyen un patio para las presentaciones y las danzas con las que se entretenía la corte real. Los cuartos de los huéspedes ocupan hoy la morada en la cual los marajás definieron la historia de la región. En el Palacio del Lago es posible dormir en una habitación circular de 21 metros de diámetro, con pisos de mármol y frescos en las paredes, o en una suite histórica, decorada con piedra tallada y ventanales que ofrecen vistas únicas de las montañas Aravalli y de los demás palacios de Udaipur.
Pero este es solo uno de los tesoros de la casa de Mewar, la dinastía de reyes (rajas) que dominaron la región. Cuenta la leyenda que cuando el maharana Udai Singh II cazaba en las montañas de la región, a comienzos del siglo 16, se encontró con un ermitaño que le mostró el lugar exacto donde su reino estaría a salvo de las invasiones mogoles (árabes). Se encontraba en las laderas del lago Pichola y los batallones del rey Akbar no podrían atravesar las montañas para llegar hasta allá. Para salvaguardar su reino, el monarca construyó, además del palacio, un muro de seis kilómetros a su alrededor. Allí floreció la ciudad de Udaipur, que hasta hace pocos años fue la capital de la región. 
Un detalle único de este principado en particular es su inclinación religiosa. La dinastía Mewar está dedicada a Surya, el dios sol en la religión hindú. Por lo tanto la palabra maharaja, que significa gran rey, no es apropiada para ellos y en su lugar se hicieron llamar majaranas, lo cual significa gran protector.
La casa Mewar marcó su dominio durante varios siglos a través de la construcción de palacios y fuertes, entre los cuales están Kumbhalgharh, a cuyo alrededor se extiende la segunda muralla más larga del mundo, y el Palacio de la Ciudad de Udaipur, que fue ampliado y mejorado durante 300 años, y que además ostenta una colección histórica y arquitectónica sin rival en la región. El palacete del Monzón y una segunda residencia en el lago Pichola completan la colección de moradas para la familia real.     
Este mosaico es uno de los tesoros arquitectónicos del Palacio de Udaipur.  
En el siglo 18, el imperio mogol que había dominado el subcontinente de la India estaba debilitado. Durante 300 años, los ancestros de de Jagat Singh II, también de la dinastía Mewar, habían recuperado su territorio y establecido alianzas con los principados cercanos. El joven heredero se dedicó entonces a fortalecer dichas alianzas, a engrandecer los palacios existentes y a inmortalizar su nombre en el Palacio del Lago, que llamó Jag Niwas.
Kumbhalgarh se esconde en las montañas Aravalli. 
Desde entonces, y hasta mediados del siglo XIX, la familia real se mudaría a un palacio diferente dependiendo de la estación. En todos ellos había salones de mármol decorados con piedras semipreciosas en los cuales se llevaban a cabo las durbar, o reuniones oficiales, así como festividades y danzas en honor de Surya, el dios sol.

Rajastán es uno de los 29 estados de la India, posiblemente el más turístico gracias a su riqueza histórica. Udaipur, la ciudad que acoge estas riquezas, es la antigua capital del territorio y la base de muchos turistas que quieren darle un vistazo a los lugares donde prosperaron los reyes de bigotes y turbantes que cazaban leopardos y se paseaban en palanquines, caballos y elefantes. 





Saturday, July 23, 2016

A través del visor

Capturar la vida en una imagen. ¿Es ese el ideal de todo fotógrafo, o tal vez es solo el sueño mío?
Tomar una fotografía de paisaje es un reto interesante, que requiere ojo agudo, paciencia y buen equipo. Pero tomar una fotografía de sujeto es otra cosa. El movimiento es constante, las obstrucciones son de esperarse, y la oportunidad de capturar la imagen ideal desaparece en un segundo. Un peregrino en oración, la risa de un anciano, el gesto de sorpresa de un niño desprevenido.
Los reporteros gráficos son expertos en este campo. Yo, en cambio, me doy por bien servida cuando logro capturar una imagen nítida de lo que he visto. Algunas veces quedo satisfecha con el resultado de mis fotografías, pero casi siempre me queda un vacío: el no poder comunicar en una imagen lo que se vivía en un momento preciso.
La fotografía es una de mis aficiones preferidas y la vida me ha regalado oportunidades únicas para disfrutarla. No he logrado captar la foto perfecta, pero guardo algunas imágenes que me animan a seguir intentando.
Por eso no he reemplazado la cámara enorme y los lentes pesados por el obturador del celular. Porque a través del visor aprecio la belleza de la vida y la posibilidad efímera de congelar el tiempo en una imagen única.