El palacio del Lago fue construido entre 1743 y 1746 por el maharana Jagat Singh II. Hoy es un hotel cinco estrellas. |
Desembarcar
en el Palacio del Lago en Udaipur, India, es adentrarse en la historia de las
monarquías y los principados hindúes. Subir las escalinatas bajo la sombrilla
de los marajás es intuir el dominio que ejercieron sobre millares de súbditos.
Entrar al edificio de mármol construido en medio del lago Pichola es comprender
la riqueza de la dinastía Mewar que dominó una región del noroeste de India
durante varios siglos.
En salones como este, los maharanas tenían sus reuniones de gobierno. |
Este
palacio, refugio y lugar de descanso de los príncipes de la India de antaño, es
hoy uno de los hoteles más lujosos del subcontinente. Su custodio, el entonces maharana de la casa de Mewar, autorizó esta
transformación a mediados de 1960, en vista de que el lugar estaba en franco
deterioro. En los años 80, el palacio fue escenario de la película Octopussy,
de James Bond, lo cual aumentó su fama. Algunos de los palacios más lujosos de
la región de Rajastán son hoy en día hoteles cinco estrellas, remodelados y
decorados al mejor estilo de la tradición indo-árabe.
El edificio
está construido alrededor de varios patios de mármol blanco, decorados con
fuentes, jardines y paredones en piedra labrada. Centenares de columnas y arcos elaborados adornan las áreas sociales, que además incluyen un
patio para las presentaciones y las danzas con las que se entretenía la corte
real. Los cuartos de los huéspedes ocupan hoy la morada en la cual los marajás
definieron la historia de la región. En el Palacio del Lago es posible dormir
en una habitación circular de 21 metros de diámetro, con pisos de mármol y
frescos en las paredes, o en una suite histórica, decorada con piedra tallada y
ventanales que ofrecen vistas únicas de las montañas Aravalli y de los demás
palacios de Udaipur.
Pero este
es solo uno de los tesoros de la casa de Mewar, la dinastía de reyes (rajas) que dominaron la región. Cuenta
la leyenda que cuando el maharana
Udai Singh II cazaba en las montañas de la región, a comienzos del siglo 16, se
encontró con un ermitaño que le mostró el lugar exacto donde su reino estaría a
salvo de las invasiones mogoles (árabes). Se encontraba en las laderas del lago
Pichola y los batallones del rey Akbar no podrían atravesar las montañas para
llegar hasta allá. Para salvaguardar su reino, el monarca construyó, además del
palacio, un muro de seis kilómetros a su alrededor. Allí floreció la ciudad de
Udaipur, que hasta hace pocos años fue la capital de la región.
Un detalle
único de este principado en particular es su inclinación religiosa. La dinastía
Mewar está dedicada a Surya, el dios sol en la religión hindú. Por lo tanto la
palabra maharaja, que significa gran
rey, no es apropiada para ellos y en su lugar se hicieron llamar majaranas, lo cual significa gran
protector.
La casa
Mewar marcó su dominio durante varios siglos a través de la construcción de palacios y fuertes, entre los cuales están Kumbhalgharh, a cuyo alrededor se
extiende la segunda muralla más larga del mundo, y el Palacio de la Ciudad de
Udaipur, que fue ampliado y mejorado durante 300 años, y que además ostenta una
colección histórica y arquitectónica sin rival en la región. El palacete del
Monzón y una segunda residencia en el lago Pichola completan la colección de
moradas para la familia real.
Este mosaico es uno de los tesoros arquitectónicos del Palacio de Udaipur. |
En el siglo
18, el imperio mogol que había dominado el subcontinente de la India estaba
debilitado. Durante 300 años, los ancestros de de Jagat Singh II, también de la
dinastía Mewar, habían recuperado su territorio y establecido alianzas con los
principados cercanos. El joven heredero se dedicó entonces a fortalecer dichas
alianzas, a engrandecer los palacios existentes y a inmortalizar su nombre en el
Palacio del Lago, que llamó Jag Niwas.
Kumbhalgarh se esconde en las montañas Aravalli. |
Rajastán es
uno de los 29 estados de la India, posiblemente el más turístico gracias a su
riqueza histórica. Udaipur, la ciudad que acoge estas riquezas, es la antigua
capital del territorio y la base de muchos turistas que quieren darle un
vistazo a los lugares donde prosperaron los reyes de bigotes y turbantes que
cazaban leopardos y se paseaban en palanquines, caballos y elefantes.
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